Los regadíos históricos son un elemento central para entender la historia y las características de los pueblos veratos. Indispensables para la gestión del agua, las acequias conforman al mismo tiempo una red excavada en la montaña y una red de relaciones humanas, una fuente constante de capital social.
Para asegurar la correcta gestión del agua, los regantes, organizados a través de comunidades de regantes, han desarrollado numerosos procesos de participación colectiva, en los que destacan:
Establecimiento de los turnos de riego entre los regantes de una misma acequia;
Limpieza comunal de acequias;
Mecanismos asamblearios para la toma de decisiones;
Jurados de aguas para la resolución de conflictos entre regantes;
Los regadíos históricos conforman un sistema vertebrador del territorio, que genera riqueza en forma de huertas, frutales y prados para el ganado. Dada su localización en la ladera de la montaña, son recursos de difícil acceso y poco susceptibles a la mecanización, lo que hace que su aprovechamiento y mantenimiento requiera de considerable mano de obra.
Por este motivo, los regadíos históricos tienen un enorme potencial para fijar población al medio rural y mejorar la calidad de vida del entorno, disminuyendo así la tasa de despoblamiento.
Panorámica de Aldeanueva de la Vera